Jorge Alberto Orellana (Giorgino), fue asesinado el 20 de abril de 2010,  el acto criminal ocurrió como a las 9 de la noche, en el momento que salía del Canal de Televisión

donde laboraba, supuestamente una persona le esperaba al salir del programa que él dirigía: “En vivo con Giorgino” . EL sicario le disparó un tiro en la cabeza, el periodista Jorge Orellana, tenía una Escuela de Ballet, era poeta, algunos de sus escritos se pueden encontrar en la revista semanal que circuló como suplemento cultural de diario tiempo llamada Cronopios y dirigida  por la Escritora Helem Humaña, en su juventud se supone milito en el Partido Comunista de Honduras.

La muerte de Jorge suma un total de 6 periodistas asesinados en lo que va del año, los hechos focalizados en el asesinato de periodistas demuestran una práctica premeditada y sistemática, con ventaja y hasta alevosía, no cabe duda que lo más grave en el marco de la seguridad es la impunidad y el control de las estructuras de seguridad por parte de la delincuencia, las estrategias de Seguridad impulsadas por el gobierno a un no han dado los resultados esperados; está pendiente la creación de la Unidad Especial para conocer de muertes extralegales o sumarias, tarea pendiente mientras las fuerzas que sostienen el Status Quo se articulan orgánicamente para amenazar y construir miedo en aquellos que desde esta administración pretenden impulsar políticas públicas que provoque cambios estructurales o quizá atacar las causas próximas que generan el miedo y la incertidumbre que hoy vivimos.

ALERTA

Séptimo periodista asesinado en 2010 en Honduras

21 de Abril de 2010

Tegucigalpa, Honduras. El periodista Jorge Alberto Orellana fue asesinado la noche del martes 20 de abril de un certero balazo en la cabeza, a manos de un desconocido que le atacó cuando salía del canal de televisión donde laboraba en San Pedro Sula, en el norte del país.

A eso de las 9:10 de la noche, el periodista Jorge Alberto Orellana, conocido con el sobrenombre de “Georgino”, salía del Canal “Cable TV Honduras”, en la zona céntrica de San Pedro Sula, cuando un hombre al parecer se escondía tras un arbusto, frente al inmueble, le disparó a la cabeza, según relató el Comisionado de Policía Héctor Iván Mejía.

Minutos después de ser atacado, Orellana fue trasladado por agentes policiales al hospital Mario Catarino Rivas, donde fue declarado muerto.

Orellana era presentador del programa de debate “En vivo con Georgino” que se transmitía por el canal por cable TV Honduras. Anteriormente trabajó durante 10 años como corresponsal en San Pedro Sula del programa Telenoticias de la Corporación Televicentro, cubriendo la fuente policial, en la sección “Patrulla Nocturna”.

Orellana era también profesor en la Carrera de Periodismo en el Centro Universitario Regional del Norte de la Universidad Nacional Autónoma de Honduras.

El ministro de Seguridad, Oscar Álvarez, en declaraciones a la prensa capitalina mientras encabezaba un operativo policial este miércoles, dijo que al parecer los atacantes no son del crimen organizado sino que se trata de “una situación personal”, dadas las circunstancias del hecho pues el atacante actuó sólo y escapó del lugar caminando.

El ministro Álvarez se refirió a la situación generalizada de violencia en el país y recomendó a los periodistas “ser prudentes” y que no anden en “lugares oscuros o solitarios”. Aseguró que a la fecha tiene resuelto en un 90 por ciento uno de los casos de los cinco asesinatos de periodistas ocurrido durante marzo de 2010.

Séptimo asesinato

Jorge Alberto Orellana es el séptimo comunicador asesinado en Honduras en lo que va de 2010. El primero de marzo el periodista Joseph Hernández murió tiroteado en Tegucigalpa, atentado en el que resultó herida la periodista Carol Cabrera; el 11 de marzo, David Meza Montecinos fue asesinado en la La Ceiba; el 14 de marzo en Tocoa, Colón, murió acribillado Nahún Palacios Arteaga; el 26 de marzo ocurrió el doble asesinato de los periodistas José Bayardo Mairena Ramírez y Manuel Juarez, y el 11 de Abril pereció acribillado el locutor Luis Chévez Hernández.

ALERTA

Periodista de TV asesinado: sexto ultimado en Honduras desde marzo

(CPJ/IFEX) – Nueva York, 21 de abril de 2010 – El Comité para la Protección de los Periodistas (CPJ, por sus siglas en inglés) expresó hoy su profunda preocupación por el asesinato del periodista de televisión hondureño Jorge Alberto Orellana, el sexto periodista asesinado en el país desde marzo. 

Orellana, de 50 años, presentador del programa «En vivo con Georgino» en la estación local de televisión privada Televisión de Honduras, fue baleado el martes por un individuo desconocido en la ciudad de San Pedro Sula, en el norte de Honduras, según informes de prensa locales. Cuando Orellana abandonaba la televisora, alrededor de las 9.00 p.m., el atacante le disparó en la cabeza y huyó a pie, informó el diario local Tiempo. El periodista fue llevado al hospital Mario Rivas, adonde se informó sobre su deceso. 

El programa de Orellana se centraba en noticias locales, mayormente relacionadas con eventos culturales, José Peraza, reportero de Radio Progreso en San Pedro Sula, aseguró al CPJ. El reportero no cubría información sensible, como crimen organizado, afirmó el editor de Tiempo Rubén Escobar. 

Héctor Iván Mejía, jefe de la Policía de San Pedro Sula informó al CPJ que detrás del crimen habría motivos de índole personal. Mejía, quien no especificó posibles motivos, afirmó que la policía ha identificado un sospechoso, pero que todavía no fue capturado. El CPJ está investigando si el crimen está relacionado con el trabajo del periodista. 

Antes de unirse a Televisión de Honduras, Orellana había trabajado para el periódico La Prensa y la cadena de televisión más importante del país, Televicentro, según los medios hondureños. Luego del golpe de estado que depuso al Presidente Manuel Zelaya en junio de 2009, Orellana se desvinculó de Televicentro por sus diferencias con la posición editorial de la estación en apoyo al gobierno interino, aseguraron los reporteros locales. Orellana era también profesor de periodismo en la Universidad Nacional Autónoma de Honduras, en la sede de San Pedro Sula. 

«Exhortamos a las autoridades hondureñas a que investiguen en profundidad el asesinato del periodista Jorge Orellana, establezcan si fue asesinado por su trabajo, y enjuicien a los responsables», aseguró Carlos Lauría, coordinador senior del Programa de las Américas del CPJ. «Las autoridades deben tomar medidas oportunas y efectivas para detener la ola de violencia criminal que está limitando seriamente la tarea informativa de los medios». 

Orellana es el sexto periodista asesinado en Honduras desde el comienzo de marzo. Desconocidos atacantes armados balearon a los periodistas José Bayardo Mairena y Manuel Juárez en el departamento de Olancho el 27 de marzo. El 14 de marzo, el periodista Nahúm Palacios Arteaga fue asesinado en la ciudad de Tocoa, mientras que el reportero radial David Meza fue asesinado en la ciudad de La Ceiba el 11 de marzo. El primero de marzo, el reportero Joseph Hernández Ochoa fue asesinado en Tegucigalpa en un tiroteo que dejó gravemente herida a otra periodista. 

El CPJ está investigando para determinar si estos crímenes estuvieron relacionados con el trabajo de los reporteros.

Sepultan restos de Georgino Orellana

La directora general de la UNESCO, Irina Bokova, condenó los crímenes cometidos contra miembros de la prensa nacional.

Actualizado: 22.04.10 12:12pm – Redacción: redaccion@elheraldo.hn

SAN PEDRO SULA, HONDURAS

Los restos del periodista hondureño Jorge Alberto (Georgino) Orellana fueron sepultados este mediodía en San Pedro Sula.

El cuerpo del comunicador recibió cristiana sepultura en el cementerio Jardines del Recuerdo de la ciudad insustrial, entre el llanto, dolor y consternación de los familiares y amigos de Orellana, asesinado de un disparo en la cabeza la noche del martes en un nuevo hecho que enluta al periodismo nacional.

Georgino, como todos le conocían, fue velado ayer en SPS tras haber sido ultimado por un sujeto cuando salía de trabajar del canal de televisión TVH, en las inmediaciones del barrio Los Andes.

El crimen se cometió a eso de las 9:10 de la noche, apenas unos minutos después de que saliera del canal.

Tras el disparo, personas que circulaban por el sector pidieron ayuda a una patrulla policial en la cual fue llevado al hospital Mario Catarino Rivas, donde murió minutos después de su ingreso.

Los restos mortales del comunicador eran velados en medio de la consternación que ha desatado en la sociedad la muerte de quien en vida se desempeñó como reportero de la corporación Televicentro y catedrático de la Universidad Nacional Autónoma del Valle del Sula.

Orellana se convirtió en el sexto comunicador asesinado en la administración del presidente Porfirio Lobo Sosa. A estos hechos se suma la muerte de un locutor de programas juveniles.

Entre los posibles móviles que hasta ayer manejaba la Policía en torno al homicidio se dio por descartado el robo, ya que al periodista no se le quitaron sus pertenencias, ni el vehículo en el que se conducía.

La secretaría de Seguridad descartó que la muerte se haya producido por el ejercicio de su profesión e informó hoy sobre la captura de un individuo como parte del proceso de investigación del crimen.

«No vamos a dar detalles porque esto es parte de la investigación», afirmó el viceministro de Seguridad, Armando Calidonio.

«Recordemos, estamos ofreciendo una recompensa (de 250 mil lempiras) por estos casos. Hay un número de teléfono             9797-0879      , para poder esclarecer este caso», agregó.

Pistas

«Un teléfono celular que él portaba no aparece, ya que él estuvo hablando por teléfono por un lapso de diez minutos cerca del vehículo y al parecer alguien lo llamó», manifestó el subsecretario de Seguridad, Armando Calidonio.

«En ese sentido yo quiero ser muy responsable y claro en decir que las investigaciones que tenemos hasta el momento no indican que sea el ejercicio de su profesión el problema, ya hemos pasado un expediente completo del caso y ya lo hemos pasado a la Fiscalía y esperamos tener la orden de captura lo más rápido posible para poder avanzar con la resolución del caso», subrayó.

Orellana, además de ser comunicador, se dedicaba a prestar dinero, razón por la cual no se descarta que pudo ser asesinado.

Buen esposo y padre

Su esposa Silvia Munguía dijo que Georgino era un buen esposo, padre, amigo y compañero. «No se metía con nadie, era muy trabajador», expresó la también comunicadora.

Ante la ola de crímenes, diversas organizaciones han lanzado voces de alerta a nivel nacional e internacional.

La Relatoría para la Libertad de Expresión de la OEA ha declarado el país en «alerta roja» para el ejercicio del periodismo.

La policía investiga si Orellana mantenía una relación extramarital, ya que ese extremo se rumoró ayer en San Pedro Sula, sin embargo, no fue confirmado.

Orellana se desempeñó por varios años como reportero de Televicentro, al frente de la sección Patrulla Nocturna, en que cubría los hechos policiales que sucedían todas las noches en San Pedro Sula.

En octubre del año anterior, el periodista dejó de trabajar para Televicentro y se dedicó a conducir un programa en Televisión de Honduras (TVH).

Precisamente salía de su programa «En vivo con Georgino», que se transmitía por esa televisora de lunes a viernes de 8:00 a 9:00 de la noche, cuando fue objeto del atentado.

Cuando no laboraba en los medios de comunicación, Orellana se dedicaba a impartir la clase de Periodismo Cinematográfico en la Universidad Nacional Autónoma del Valle de Sula (Unah-vs).

También era profesor de ballet en una academia de su propiedad, llamada Georgino Ballet Studio.

Orellana será sepultado hoy en Jardines del Recuerdo. Ayer periodistas, familiares, amigos y autoridades civiles asistieron a su velorio y elevaron oraciones por su descanso eterno.

El hijo de Georgino Orellana y su esposa, la periodista Silvia Munguía, han sido consolados por amigos y familiares.

Reacciones

La muerte del periodista Georgino Orellana desató ayer diversas reacciones en el país. El fiscal general Luis Rubí garantizó que el asesinato del comunicador social no quedará impune.

«Primero quiero lamentar la muerte del periodista y obviamente de cualquier ser humano; los órganos del Estado debemos tener una mayor eficacia en el combate a la delincuencia», expresó el fiscal general, quien se trasladó a San Pedro Sula.

«Estamos instruyendo a los fiscales para que cuando se tenga la información correcta pongan su mayor esfuerzo y capacidad, porque de esta manera estamos combatiendo no solo la muerte de una persona, sino la impunidad», expresó.

«Vamos a asignar fiscales especializados para que este tipo de delitos, una vez que tengamos la información, no queden impunes», aseguró.

Por su parte, el comisionado nacional de los Derechos Humanos, Ramón Custodio, condenó la muerte violenta de Orellana a manos de desconocidos y reafirmó su petición a la Comisión Interamericana de los Derechos Humanos (CIDH) para que tome, inmediatamente, las acciones preventivas y correctivas que eviten la pérdida de más vidas de miembros del gremio periodístico.

«El gremio periodístico entero se ha convertido en un grupo vulnerable que corre el inminente peligro de sufrir más daños irreparables», expresó.

En declaraciones a la prensa, Custodio lamentó que el pasado 16 de marzo le pidió a la CIDH que solicitara medidas cautelares al gobierno de Honduras o que ellos mismos las impongan a favor de los miembros del gremio periodístico, pero su respuesta fue completamente negativa.

Es como si la vida de los periodistas no valiera la pena para los que integran ese organismo continental (CIDH), reclamó.

Desde 2007 a la fecha, el Comisionado Nacional de los Derechos Humanos registra el asesinato de al menos 11 periodistas de diferentes medios de comunicación: Carlos Salgado, Rafael Munguía, Osman Rodrigo López, Bernardo Rivera Paz, Gabriel Fino Noriega, Joseph Hernández Ochoa, David Meza Montecinos, Nahún Palacios, Bayardo Mairena, Manuel de Jesús Juárez y Jorge Georgino Orellana.

Catalina Botero, relatora de la OEA, dijo que «cuando hay ese número de periodistas que han sido objeto de ese tipo de atentados y de ese tipo de crímenes en tres meses, pues inmediatamente se convierte en uno de los lugares más peligrosos para el ejercicio de la libertad de expresión».

Asimismo, la directora general de la UNESCO, Irina Bokova, condenó los crímenes cometidos contra miembros de la prensa nacional.

La organización Reporteros sin Fronteras (RSF), que defiende la libertad de prensa, también repudió en un comunicado la muerte de Georgino Orellana la noche del martes en la zona norte del país.

SIP condena asesinato

La Sociedad Interamericana de Prensa (SIP) condenó ayer la muerte del periodista Georgino Orellana. El organismo instó de manera urgente a las autoridades a indagar y dar con los responsables de este y otros cinco crímenes.

El presidente de la SIP, Alejandro Aguirre, expresó sus condolencias para los familiares y colegas del periodista.

Aguirre, subdirector del diario Las Américas, con sede en Miami, manifestó que «la SIP ve con consternación la ola de violencia que sigue creciendo en Honduras y ante la cual observamos lentitud de las autoridades para reaccionar con ímpetu y certeza.

Anunció que a través de una comisión especial creada para atender la situación de violencia contra la prensa que impera en Honduras y México, los dos países de las Américas con mayores riesgos para la actividad periodística, dispondrá medidas de inmediato.

 

GEORGINO ORELLANA, ASESINADO

Por Samuel Trigueros*

¿Cuántas veces más hemos de estar, de bruces, sobre el teclado, para escribir con lágrima contenida e ira impotente lo que la muerte y sus embajadores nos va dejando como un pan de coágulos amargos?

¿Cuántas veces más levantaremos la alerta, redactaremos el comunicado, enviaremos la nota de duelo y volveremos al catafalco de la resignada aceptación de los «daños colaterales» de la lucha?

¿Cuántas veces más pondremos sobre el dolor nuestro los mediáticos escombros, las paletadas de costumbre, los terrones del miedo o cobardía que sepultan la verdad mortal que nos rodea?

¿Cuántas veces más la discusión política desbordará los hechos y romperá los tímpanos de nuestros mártires, convulsos, impunemente asesinados, abiertas sus pupilas de reclamo en la colina de cenizas?

Al secuestro del compañero José Oscar Flores, y su pancarta con el recuento de los días en resistencia, siguió el rayo de la noticia de que el amigo GEORGINO ORELLANA fue asesinado a eso de las 9:15 pm del martes 20 de abril de 2010.

Nos conocimos a finales de los años noventa y nuestra amistad se forjó al calor de las mismas convicciones que hoy nos mantienen en lucha contra la oligarquía. El arte fue también amalgama de fraternidad.

Abogado de profesión, balletista, escritor y pintor, catedrático de la UNAH en el Valle de Sula, amantísimo padre de dos hijos y esposo de Silvia Munguía, Georgino deja el ejemplo de una vida que, indudablemente, estuvo a favor de los desposeídos de la Tierra.

Otro amigo mutuo, consternado, me dijo: «No es cualquier perro al que han matado»; y agregó detalles que se superponen a las hipótesis mediante las cuales los represores y sus adláteres pretenden deslindar su responsabilidad de esta y demás muertes contextualizadas en la lucha de clases a la que estamos abocados: Georgino fue despedido por la cortesana de los golpistas, Renato Álvarez, y el quitaypone presidentes Rafael Ferrari, supuestamente por hacer la crónica noticiosa de la Resistencia, por abrir la patrulla nocturna para retratar el inveterado estado de desigualdad e impunidad social que los grupos de poder han implantado en el país.

Pumpuneándose el pecho, la señora Renata Álvarez, Armando Calidonio y el mismo Óscar Álvarez se han apresurado a declararse amigos íntimos del muerto, a enviar muestras de pésame a los dolientes y a zanjar el asunto diciendo que el sicario que disparó a mansalva, desde la cerrazón de la sombra, fue un cliente irritado por la deuda contraída con la casa de préstamos legalmente constituida por Georgino (más legal, seguramente, en su operatividad que Ficohsa, Banco Atlántida y demás íconos del vampirismo bursátil).

Admitir las hipótesis es una exigencia de método, pero inclinarse por una de ellas -sobre todo si «limpia» de responsabilidad al sospechoso principal-, sin pruebas fehacientes, desconociendo el implante de evidencias, los falsos operativos, las cortinas de humo y la manipulación de los procedimientos judiciales, es ñoñería e insensatez. Georgino es un muerto de la Resistencia, por más que quieran retratarlo a través del cristal de su ataúd como un caído de los montes píos.

Premonitoriamente -al menos en sus títulos- Georgino deja inéditos dos libros: la colección de cuentos «La colina de las chucas» y la novela «Esta muerte que llevo a las espaldas». Las dedicatorias póstumas tendrían que consignar los nombres de Óscar Álvarez, Porfirio Lobo Sosa, Billy Joya Améndola y demás tarántulas que pueblan nuestra vigilia y nuestro sueño.

Si los extremos no pueden comprobarse -dado el control ejercido por los aparatos represores (policiales, militares, paramilitares, judiciales)- nadie podrá negar que sobre la letanía de Renato, Esdras Amado López (emisión televisiva del martes 20 de abril 2010) y demás homúnculos mediáticos declarando que «vivimos un tiempo de normalidad» porque las marchas ya no son gaseadas ni toleteadas, la realidad es que nos siguen asesinando al salir de la marcha, al salir del trabajo, al salir de la casa, al salir al sol en busca de justicia y libertad; todo bajo el ojo santo de Óscar y Pepe, con la bendición del cardenal, con la justificación del Ombudsman y con la resignación cristiana de la Resistencia.

El recuento de los días, meses o años que debamos estar en Resistencia nadie lo podrá parar hasta que nos cobremos todas las humillaciones. Georgino vive, Georgino está ¡PRESENTE!