El Informe Anual de Libertad de Expresión (ILE) desarrollado por el Comité por la Libre Expresión (C-Libre) brinda un panorama situacional de los derechos a la libertad de expresión, libertad de prensa y acceso a la información pública en Honduras durante los últimos 18 meses, en el que destaca las necesidades de las voces ciudadanas, así como la forma en que estas son transmitidas, interpretadas y visibilizadas especialmente en zonas de conflicto y de difícil acceso, condicionados por el escenario político y las restricciones producto de la pandemia por COVID-19. Este escenario, no sería el mismo sin la función de los medios de comunicación, sean estos radiales, televisivos, digitales, de prensa escrita, medios alternativos o comunitarios, considerando que los ciudadanos perciben los liderazgos políticos y el accionar público a través de ellos, desde su función fiscalizadora, informadora, educativa y de transformación que conlleva una gran responsabilidad en el ejercicio del periodista, en especial en democracias frágiles. Durante este período, a pesar de la disminución de las alertas publicadas, se registraron cinco asesinatos de periodistas, mientras las acciones de violencia, intimidación, amenazas y bloqueos informativos parecen seguir los mismos patrones de años anteriores, existe un nuevo espacio público, donde se trasladan y potencian las mismas. Producto de la pandemia, muchos medios de comunicación cambiaron las formas de hacer periodismo, por tal razón los escenarios de violencia se trasladaron “De la represión en el espacio público al silenciamiento digital”. Igualmente, al menos dos integrantes del equipo técnico de C-Libre fueron víctimas de amenazas graves contra la vida, resultando en su desplazamiento forzado fuera del país. Esto demuestra que los actores que atacan a las libertades fundamentales y a los periodistas también pueden dirigir sus ataques contra las Organizaciones de Sociedad Civil que cumplen labores de promoción de un entorno habilitante para el ejercicio periodístico en el país. La elección de Xiomara Castro en los comicios del 28 de noviembre ha generado ciertas expectativas positivas, especialmente con elementos como la derogación de la “Ley de Secretos”, pero es claro Honduras sigue siendo un país estructuralmente peligroso para las voces críticas, periodistas, defensores y movimientos sociales. Con el presente informe el C-Libre invita al periodismo hondureño, a la institucionalidad nacional y a la comunidad internacional a repensar los retos y desafíos para garantizar este derecho “llave” para construir una democracia en nuestro país.