Alerta 089-2018
Comité por la Libre Expresión (C-Libre).- Equipo informativo del canal UNE-TV fue víctima de varias agresiones por parte de policías y militares, mientras realizaban cobertura noticiosa a la represión contra manifestantes en el parque central de la ciudad de Tegucigalpa este 15 de septiembre.
La más violenta se produjo en contra del camarógrafo Albert Palacios quien fue agredido por los uniformados en consecuencia de haber documentado gráficamente una golpiza en contra de un joven. “Iba por donde era Mendels y yo estaba grabando cuando estaban agrediendo a un chavalo y de repente me jalaron del cuello y me empezaron a golpear y a dañar mi cámara con las piedras que los manifestantes le tiraban a ellos mismos”, denunció entre lágrimas Palacios.
Según la defensora de derechos humanos Génesis Andino de la Asociación ASOPODEU, “el camarógrafo únicamente realizaba su trabajo, yo presencie la agresión y les puedo afirmar que fue un ataque dirigido, porque este tenía en su cámara de video evidencias del abuso militar y policial en contra de manifestantes”.
El equipo de trabajo de Palacios fue dañado pero también el joven quedo afectado física y emocionalmente por los golpes a su persona por parte de los policías y militares.
De igual manera al también camarógrafo Mauricio Ordoñez, una supuesta bala de goma que le impacto directamente a su integridad física le quebró la pantalla a su aparato celular, esto ocurrió en la misma cobertura de represión pero en un sector diferente al de su compañero de trabajo Palacios.
Ordoñez al igual que Palacios documentaba con su cámara el comportamiento agresivo-excesivo de los miembros de la policía y miliares en contra de las personas que a su criterio habrían participado en la movilización no oficial, es decir la auto convocada por el pueblo y no por los gobernantes.
Siempre en el parque central, los periodistas Cesar Silva, Ivis Alvarado, Rony Martínez junto a camarógrafos, mientras trasmitían la detención y custodia del joven Meiken Bustillo fueron empujados con los escudos antimotines para obstruir su labor informativa. Los uniformados además les lanzaron una bomba lacrimógena a los pies de los periodistas junto en el momento que estos preguntaban el nombre al detenido.
Los periodistas al igual que el resto de la población que se encontraba en el parque central absorbieron grandes cantidades de gas lacrimógeno y pese a que los trabajadores de la comunicación, tenían mascarillas de protección los efectos provocaron malestares y ciertas reacciones en sus cuerpos.
Al darse cuenta del grado de vulnerabilidad en que se encontraban a eso de las 12: 50 de la tarde el equipo de UNE-TV se agrupo y como medida de protección, los periodistas y camarógrafos retornaron al canal a bordo de una unidad móvil y realizaron una trasmisión en vivo de su partida, pues de acuerdo a su denuncia sentían que sus vidas corrían riesgo en consecuencia de su trabajo informativo.
Al respecto el numeral nueve de la Declaración de Principios de Libertad de Expresión de la Organización de Estados Americanos (OEA) manifiesta que “el asesinato, secuestro, intimidación, amenaza a los comunicadores sociales, así como la destrucción material de los medios de comunicación, viola los derechos fundamentales de las personas y coarta severamente la libertad de expresión. Es deber de los Estados prevenir e investigar estos hechos, sancionar a sus autores y asegurar a las víctimas una reparación adecuada”.
Por otra parte, el artículo 13 de la Convención Americana de Derechos Humanos establece que “toda persona tiene derecho a la libertad de pensamiento y de expresión. Este derecho comprende la libertad de buscar, recibir y difundir informaciones e ideas de toda índole, sin consideración de fronteras, ya sea oralmente, por escrito o en forma impresa o artística, o por cualquier otro procedimiento de su elección”.