Alerta No. 16-2022

Tegucigalpa, Francisco Morazán (C-Libre).- El periodista Cesar Omar Silva, conductor del programa, Caminando con Silva, de Une Tv, fue detenido por agentes de la Dirección Policial de Investigación (DPI), en cumplimiento de una supuesta orden de captura derivada de una agresión, suscitada en febrero del 2019.

Este nueve de abril, Silva se encontraba en un juzgado de la capital, realizando averiguaciones de otra causa por difamación incoada contra él, cuando fue detenido. Durante el proceso los agentes de la Dirección de Investigación le anunciaron que debía guardar prisión durante toda la Semana Santa, en el centro penitenciario de El Porvenir, puesto que no había fiscal para que se aceptara la conmuta de su pena que apenas sumaba 187.50 lempiras.

La burocracia de la acción judicial irrumpió en un gasto para el Estado hondureño pues pese al pago de la conmuta, Cesar fue trasladado con escolta policial, dos vehículos blindados, se desplazaron representantes de la Defensoría Pública, miembros del Juzgado de Ejecución una acción desproporcionada por el delito de orden privado.

Los hechos

Silva fue condenado a 37 días de prisión por el delito de maltrato de obra, una acusación privada realizada  el 25 de febrero de 2019, por Marcos Porras, supuesto embajador de Venezuela en Honduras por el auto nominado, presidente de ese país sudamericano, Juan Guaidó.

Porras, se encontraba en el aeropuerto de Toncontín, dando declaraciones sobre la situación de Venezuela y cuando miró que Silva se acercó, interrumpió la entrevista y se largó, el periodista lo siguió y al confrontarlo cometió la falta.

Porras estaba en el aeropuerto y en una transmisión en vivo Silva se le acercó, pero ignorando las preguntas del periodista el “diplomático” se alejó, mientras que el comunicador social se acercaba más tratando de obtener respuesta. – ¿Por qué no quiere hablar con nosotros?, – porque ustedes tienen una tendencia ideológica con la cual no comparto.

La confrontación continuó, ¿Por qué solo viene a hablar de lo que les interesa?  – “Yo Marcos Porras no voy a hablar con usted y me disculpa”, contestó Porras. El periodista lo siguió interrogando y al no obtener respuesta, le rozó el micrófono contra su humanidad.

El “diplomático” acusó al periodista de Faltas contra las personas, en el Juzgado de Paz Penal, de Tegucigalpa, donde se desarrolló la audiencia de conciliación, el 11 de marzo de ese año. Silva se negó a reconocer los hechos y por esa razón el Tribunal elevó el caso a juicio oral y público.

Vale decir que el 15 de marzo del 2019 el representante legal de Porras, Leonel Espinoza, también presentó una querella por injuria constitutiva de difamación, en contra de Silva.

En los doce años de gobiernos nacionalistas, Silva fue un periodista crítico de Porfirio Lobo y Juan Orlando Hernández, posicionamiento político que lo llevó a ser objeto de estigmatización, secuestro, enjuiciamientos, detenciones arbitrarias y de agresiones físicas por parte de policías y militares. En el 2018, cuando transmitía en vivo una protesta realizada en un hospital psiquiátrico, un hombre desconocido lo atacó y le lanzó una puñalada.

Pese a las recomendaciones realizadas por la Relatoría de Libertad de Expresión de trasladar los delitos contra el honor al ámbito civil, en Honduras, el nuevo código incrementa las penas del delito de calumnias e injurias cuando “se cometiere utilizando sitios web de divulgación colectiva o redes sociales a través de internet”. Introduce también la figura de calumnias e injurias hechas con publicidad, entendiendo por éstas aquellas que “se efectúan a través de impresos, televisión, radio, internet, redes de información, ante una multitud de personas o a través de otros medios de eficiencia semejante”.

Por último la nueva ley crea la figura de injuria indirecta, es decir que también castiga a “quien publica, reproduce, repite injuria o calumnia imputada por otro, o quien haga la imputación de modo impersonal o, con las expresiones se dice, se asegura u otra semejante”.