Alerta No. 001-2019
Comité por la Libre Expresión (C-Libre).- En los primeros 15 días del presente año, más de 25 muertes violentas se registran en el país, siendo una de ellas la de Paul Alexander Reyes John, hijo de los periodistas Walter Reyes y Nancy John, quien fue asesinado la noche del viernes 11 de enero en Tegucigalpa.
De acuerdo con información de la prensa local, Reyes John, de 27 años, estaba frente a su casa en el barrio “La Guadalupe” de esta capital, cuando desconocidos a bordo de una camioneta, se bajaron con intención de asaltarlo junto a otra persona que encontraba en la zona, posteriormente dispararon contra su humanidad.
En un intento por salvarle la vida, fue trasladado al Hospital Escuela Universitario (HEU), donde se notificó su fallecimiento a eso de las ocho de la noche.
Según las autoridades de la Dirección Policial de Investigaciones (DPI) y del Ministerio Público (MP), se encuentran investigando el hecho que enluta a la familia de los comunicadores.
Nancy John, con experiencia por más de 15 años en radio y televisión, agradeció las muestras de solidaridad por medio de un corto mensaje en las redes sociales.
“Leerles una y otra vez me recuerda lo bueno y noble que era mi hijo Paul Alexander Reyes Jonh, quien hasta en su último momento movió a una gran cantidad de personas para que no nos sintiéramos solos”, escribió la periodista y madre del joven.
Por su parte, Walter Reyes Velásquez, compartió un breve mensaje con compañeros y colegas: “Gracias muchas gracias a todos por sus deseos por sus oraciones por acompañarnos, lo agradezco desde de lo más profundo de mi alma, luego de este daño que nos han hecho a mí y mi familia, a mi hijo amado Paul Alexander Reyes John”.
La noticia del asesinado de Paul conmovió al gremio periodístico quien ha hecho resaltar la labor de la pareja de periodistas, y que unió las exigencias de justicia, investigación y el cese a la inseguridad en Honduras, ya que, no se descarta que el derramamiento de sangre afecte de manera directa a otras familias, que ni en sus propias casas están seguras.
La Declaración de Chapultepec, promulgada en 1994 y ratificada por el Estado de Honduras, dice en inciso cuatro de sus principios que “El asesinato, el terrorismo, el secuestro, las presiones, la intimidación, la prisión injusta de los periodistas, la destrucción material de los medios de comunicación, la violencia de cualquier tipo y la impunidad de los agresores, coartan severamente la libertad de expresión y de prensa. Estos actos deben ser investigados con prontitud y sancionados con severidad”.