Tegucigalpa, 14 de marzo, 2021.- Tres espacios que defienden la libertad de expresión en Honduras, se unen este domingo para registrar agresiones a la libertad de expresión, en el marco del proceso electoral interno.

Se trata del Comité por las Libre Expresión (C-Libre), la Red de Alertas y Protección a Periodistas, Comunicadores Sociales (RAPCOS) y el medio digital Conexihon.

Dicha alianza, realiza monitoreo en los diferentes centros de votación, por lo menos en 12 ciudades del país, así como de que el ejercicio periodístico sea respetado durante la jornada por los tres partidos políticos que participan en las elecciones.

Previo a la cobertura del proceso electoral, C-Libre registra en su sistema de Alertas, un total de 20 agresiones al derecho de libertad de expresión, desde el mes de enero 2021 a la fecha.

C-Libre, RAPCOS y Conexihon, recibirán las denuncias al teléfono celular +504 8013-9737 y en las cuentas de redes sociales de los tres espacios.

De igual forma, el Observatorio de la Protesta, una iniciativa de C-Libre, monitorea acciones de protesta social de la ciudadanía hondureña.

La Declaración Conjunta, firmada por personas expertas sobre libertad de expresión en mayo de 2009, afianza la importancia de la labor periodística para el fortalecimiento de la democracia.

“Los Estados deben establecer sistemas efectivos para prevenir las amenazas y agresiones contra los medios de comunicación y otros actores que ejerzan su derecho de libertad de expresión, así como para investigar tales agresiones cuando se produzcan, juzgar a los responsables y resarcir a las víctimas. Esta obligación adquiere especial relevancia durante los períodos de elecciones”, estipula la Declaración Conjunta.

Mientras que, la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), en su informe sobre Honduras publicado en 2019, enfatiza como durante las últimas elecciones (noviembre de 2017), periodistas y medios de comunicación fueron objeto de agresiones y amenazas por parte de actores estatales y miembros de partidos políticos.

Asimismo, destaca presiones ocurridas a directores de medios y periodistas para “influenciar en las coberturas de las elecciones y sobre otros sucesos de interés público”. Además, en redes sociales, prevaleció un discurso estigmatizante hacia el trabajo de los y las periodistas.