Tegucigalpa, Francisco Morazán (C-Libre).- Esta vez el Movimiento Popular Hondureño (MPH) extendió mantas en rechazo a la camina de oración convocada por la Iglesia Católica y la Confraternidad Evangélica de Honduras argumenta que la «religión no debe ser usada en contra el pueblo».

Trasciende que las pancartas fueron colocadas, a la vista de toda la ciudadanía, en distintos lugares de Tegucigalpa; una de ellas fue instalada en el puente peatonal frente a la Universidad Nacional Autónoma de Honduras (UNAH), figura la imagen de la del arzobispo de Tegucigalpa, Monseñor Vicente Nácher Tatay, y del pastor Gerardo Irías, presidente de la Confraternidad Evangélica.

Dándole énfasis al mensaje central escrito en mayúsculas, el MPH dice «¡¡NO AL USO POLÍTICO PARTIDARIO DE NUESTRA FE, NUESTRA FE NO DEBE SER USADA EN CONTRA DEL PUEBLO!!, seguidamente sugieren la expulsión de estos lideres religiosos, puesto que enfatizan al centro de la pancarta, el siguiente texto «FUERA TRAFICANTES Y MERCENARIOS DE LA FE».

Este es el recuente de ellos por parte del diario digital NOTICIAS 24/7: https://noticias247.hn/video-miedo-a-la-oracion-atacan-caminata-por-la-paz-con-pancartas-anonimas-contra-iglesias-en-honduras.html

Cabe señalar que la aparición de estos carteles se suma a una serie de campañas de desprestigio contra la Caminata de oración por Honduras: Unidos en la fe, esperanza y amor por la patria convocada por La Confraternidad Evangélica y la Conferencia Episcopal de Honduras para el sábado 16 de agosto por la tarde; para el caso la candidata presidencial del partido

Para el caso Rixi Ramona Moncada, candidata a la presidencia por el Partido Libertad y Refundación (LIBRE) publicó en sus redes sociales que la iglesias católica y evangélica se están prestando «prestando a un acto de injerencia política para beneficiar a los partidos tradicionales».

Así lo recopiló C-libre: https://clibrehonduras.com/2025/08/05/candidata-de-libre-califica-de-injerencia-politica-la-caminata-de-las-iglesias/

Sobre la jornada de carácter ecuménica, entre católicos y evangélicos, algunas agencias informativas de tipo internacional hacen eco de la misma: https://www.vaticannews.va/es/iglesia/news/2025-07/caminata-oracion-honduras-confraternidad-evangelica-obispos.html

Es de hacer notar que del denominado Movimiento Popular Hondureño se desconoce todo, «por lo tanto una de las responsabilidades que tienen las autoridades de seguridad es investigar e información a la población de quiénes se tratan, cuáles son sus intenciones, cuántos la integran», sostiene el abogado Saúl Bueso.

Agrega el profesional de derecho que «al momento la incursión del movimiento ha sido sólo para atacar a personas y organizaciones que ellos consideran enemigos del gobierno», cita Bueso que son los mismos protagonistas que hace algunas semanas colgaron una pancarta similar con insultos y descalificación contra periodistas y medios de comunicación y ahora lo hacen contra grupos religiosos «eso es peligroso porque se creen con la autoridad para descreditar a cualquiera en el país», puntualizó Bueso.

Para conocer más detalles: https://clibrehonduras.com/2025/08/03/aumenta-el-ataque-publico-contra-periodistas-hondurenos/

Desde el equipo coordinador del Comité por la Libre Expresión (C-libre) consideramos que la libertad religiosa es un pilar fundamental en toda sociedad democrática y se constituye como un derecho fundamental protegido tanto por la Constitución de la República de Honduras como por instrumentos internacionales ratificados por el país.

El artículo 77 de la Constitución hondureña reconoce el libre ejercicio de todas las religiones y cultos, siempre que no contravengan las leyes y el orden público, prohibiendo expresamente cualquier persecución o discriminación por motivos de fe.

Este principio se ve reforzado por tratados internacionales como el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos (artículo 18) y la Convención Americana sobre Derechos Humanos (artículo 12), que garantizan la libertad de pensamiento, conciencia y religión, incluyendo el derecho a manifestar creencias de forma individual o colectiva, en público o en privado.

Sin duda alguna, en el marco democrático, descalificar o desacreditar una manifestación pacífica de fe, como una caminata de oración, no solo erosiona el respeto a la pluralidad, sino que puede interpretarse como una amenaza indirecta a la convivencia y a la tolerancia, por lo tanto, compete a las autoridades de seguridad investigar y sancionar según ley a quienes atenten contra este derecho del espacio cívico.

Por otra parte, el Estado y sus autoridades tienen la obligación positiva de proteger el ejercicio pacífico de la fe y abstenerse de cualquier acción que limite, intimide o estigmatice a quienes participan en actividades religiosas legítimas.

Finalmente, en C-Libre creemos que respetar y garantizar la libertad religiosa no es un favor del poder político, sino una condición indispensable para la salud de la democracia y la paz social.