Sin duda alguna, la concentración de la propiedad de los medios de comunicación en oligopolios mediáticos comerciales en Centroamérica solamente ha sido posible gracias a que existen marcos jurídicos que la han facilitado y promovido sin vergüenza alguna. Dejar pasar y dejar hacer ha sido y sigue siendo la constante que predomina en los Estados de la región, de cara a la administración de un bien que es patrimonio de la humanidad, como lo es el espectro radioeléctrico.
Estos oligopolios mediáticos comerciales no solo son defensores del eslogan que dice “la mejor ley en radiodifusión es la que no existe”, sino que también utilizan su poder político y económico para chantajear y presionar para que los políticos y políticas siempre les tengan miedo y cedan ante sus chantajes y presiones mediáticas. También, estos oligopolios mediáticos comerciales, representados por asociaciones y cámaras de radio y televisión, conminan al aparato jurídico para que criminalice, allane y cierre radios comunitarias, como es el caso de Guatemala.